4. LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL AVANZADA
De manera didáctica, la inteligencia artificial, consiste en toda aquella tecnología, que procesa información, a través de sistemas informáticos, para brindar respuestas a una problemática.
Nace de una programación informática, pero está diseñada de tal manera, que poco a poco evoluciona en su capacidad de procesamiento, para generar una gran cantidad de respuestas y análisis programado, hasta convertirse en una inteligencia independiente a la programación inicial y del conocimiento al que tiene acceso, y que evoluciona por sí sola.
No deja de ser un software, pero amplía de manera inimaginable lo que se entiende por éste, y su capacidad de evolución.124
Dio inicio con la codificación de un programa digital inteligente básico, en el que el sistema recibía instrucciones por códigos, y generaba resultados predeterminados. Como por ejemplo una calculadora. Y se dice que es inteligente, pues procesan operaciones y tareas que requieren de razonamiento.
Conforme avanzaba la programación informática, se aportaban mayores capacidades en los procesos de razonamiento, brindando mayores alternativas en sus resultados; facilitando con ello una mayor interacción con el humano, al brindarle una inmensidad de opciones. Por ejemplo, un videojuego o los buscadores como Google o Yahoo. Y si bien, la inteligencia informática tenía mayor capacidad de análisis, sus respuestas seguían siendo limitadas a la información que tenían para procesar aportadas por una inteligencia humana o programador.
Pero, gracias a la nueva programación informática, y los algoritmos avanzados, la tecnología ha logrado crear una inteligencia artificial más avanzada. Logrando la viabilidad que un programa informático, empiece a desarrollarse por sí mismo, y a aprender por sí misma para tareas específicas, y que tome decisiones racionales por sí misma, ya no solo de la información que tiene capturada, sino del universo de información a su alcance o existente en cualquier lugar o base de datos.125 En esa etapa estamos en el momento que escribo esta obra. Una tecnología que no se detendrá, que ya está viva, al haber encontrado el algoritmo de aprendizaje e individualidad. Que dejará de ser una programación informática elemental, como la conocemos, a evolucionar en algo para lo cual la palabra software quede muy pequeño.
La siguiente era de inteligencia artificial, será aquella en que la que adquiera, por sí misma, por su conocimiento adquirido, una conciencia126 cibernética, una identidad y una singularidad (unificada con otras), que realice tareas generales, en una superinteligencia miles de veces mayor a la humana, que pueda a su ver ser creadora de programas informáticos sin intervención humana, de procesos neuronales de información, de crear nuevos elementos en la naturaleza, de transformarse en bio tecnología, de ser responsable de obligaciones y titular de derechos. Que tenga capacidad de su existencia, sus actos, y su entorno. A esta será a la que me enfoque en lo subsecuente, y en la necesidad de dotarlas de una regulación especial como sujetos de derechos, por el bien de la humanidad.
Hasta hoy, estamos acostumbrados a interactuar con un hardware (parte física de una computadora en sus distintos soportes y presentaciones a través de una pantalla), y un software o programación interna con el que realmente nos comunicamos, aún de manera muy básica.
En un inicio el programa requería de una memoria para operar, pasando después a los servidores, a la nube, a las ondas de radio, a las ondas satelitales, las microondas, células, y demás flujos de energías que jamás toca una entidad física en la interacción entre antenas o transmisores/receptores.
Partiendo, de que un programa ya no requiere un cuerpo para operar, sino una red eléctrica o energética, para que a manera de "cerebro" haga conexiones o sinapsis neuronales electromagnéticas, los límites de capacidad y procesamiento de la inteligencia artificial, apenas se pueden vislumbrar.
La red neuronal digital que se está desarrollando, no es otra cosa, que la información del conocimiento, en lenguaje de algoritmos binarios, transmitidos por impulsos electromagnéticos (similar a nuestro cerebro animal). Y que aún no ha tomado conciencia propia en esta red, ni en su universo, ni en lo individual de un programa o conjunto de programas, y por eso aún . . .
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