El TJUE ha emitido una sentencia en el caso C-626/22, relacionado con la acería Ilva, ubicada en Tarento, en el sur de Italia. Este fallo podría llevar a la suspensión de sus operaciones si se determinan riesgos graves e importantes para el medio ambiente y la salud humana.
La acería Ilva, una de las más grandes de Europa, comenzó sus actividades en 1965. Con unos 11,000 empleados y una extensión de cerca de 1,500 hectáreas. En 2019, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró que la acería tenía importantes efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud de los habitantes locales. Desde 2012, se han implementado medidas para reducir este impacto, aunque los plazos para su aplicación se han retrasado repetidamente.
Intervención del Tribunal de Milán
Varios residentes de la zona han presentado demandas ante el Tribunal de Milán, alegando que las emisiones de la acería perjudican a su salud. Además, alegan que la instalación no cumple con los requisitos de la Directiva sobre las emisiones industriales. El Tribunal de Milán,se cuestiona si la legislación italiana y las normas de excepción especiales aplicables a Ilva son contrarias a la Directiva. Por ello, se dirige al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Evaluación de riesgos de la acería
El Tribunal de Justicia ha dejado claro que el concepto de «contaminación» según la Directiva sobre las emisiones industriales incluye daños tanto al medio ambiente como a la salud humana. Por lo tanto, la evaluación previa del impacto de las actividades de una instalación, como la acería Ilva, debe ser una parte integral de los procedimientos de expedición y revisión del permiso de explotación.
El Tribunal de Justicia destaca que durante el proceso de revisión del permiso, se deben tener en cuenta todas las sustancias contaminantes relacionadas con la actividad de la instalación, incluso aquellas que no fueron evaluadas inicialmente. La explotación de la acería debe suspenderse en caso de que se detecten riesgos graves y significativos para el medio ambiente y la salud humana.
Además, el Tribunal indicó que las normas especiales que permitieron expedir un permiso medioambiental a Ilva sin considerar ciertos contaminantes o sus efectos nocivos sobre la población no cumplen con los requisitos de la Directiva. El operador debe proporcionar información sobre todas las sustancias contaminantes y sus efectos potenciales desde el inicio del procedimiento de autorización.
En caso de que se comprueben riesgos graves para el medio ambiente y la salud humana, la explotación de la acería Ilva deberá suspenderse inmediatamente. El operador debe tomar medidas rápidas para asegurar que la instalación cumpla con todas las condiciones del permiso de explotación, sin prolongar indebidamente los plazos de aplicación de las medidas de protección.
Fuente: CURIA.