Intervención del teléfono de la pareja del presunto ladrón

El Tribunal Supremo confirma la legalidad de la intervención del teléfono realizada al móvil de la pareja de un presunto ladrón, tras establecer que ambos compartían el uso del dispositivo. El caso surgió del robo de una joyería en Madrid en 2017. Donde se sustrajeron 4.000 euros en efectivo y 2,5 millones de euros en joyas y relojes. Uno de los acusados, fue sentenciado por robo con fuerza a casi cinco años de prisión.

Legalidad de la intervención del teléfono de la pareja | Recurso de casación ante el Tribunal Supremo

En la sentencia analizada, se aborda el recurso de casación interpuesto el principal acusado. Este fue condenado por un delito de robo con fuerza y pertenencia a grupo criminal. Uno de los argumentos principales del recurso se centra en la presunta vulneración del derecho al secreto de las comunicaciones, consagrado en el artículo 18.3 de la Constitución Española. Ceferino (nombre ficticio del acusado) sostiene que la intervención telefónica que se realizó no cumplió con los requisitos legales. Ya que se llevó a cabo sobre el teléfono de su pareja, y no sobre el suyo.

Argumentación del recurrente

Auto de intervención telefónica

El recurrente argumenta que el Auto de intervención telefónica del 30 de noviembre de 2017 ordenó la observación de las comunicaciones a través de un teléfono identificado por su IMEI. El cual se atribuyó incorrectamente a Ceferino.

Según Ceferino, el IMEI en cuestión correspondía en realidad al teléfono de Sabina (nombre ficticio de la pareja), la usuaria principal de la línea intervenida. Alega que, antes de autorizar la intervención, el juez debería haber identificado correctamente la titularidad de la línea telefónica. Lo que habría permitido constatar que Ceferino no era el usuario de la misma y, en consecuencia, denegar la intervención solicitada por los agentes.

El juez debió dejar sin efecto la intervención del teléfono

Asimismo, Ceferino sostiene que, una vez iniciada la intervención, y al comprobarse que Sabina era la única usuaria del teléfono, los agentes debieron informar al juez para que dejara sin efecto la intervención. Sin embargo, según el recurrente, esto no ocurrió. Y, en lugar de ello, se solicitó la intervención de una nueva línea asociada a Ceferino. A juicio del acusado, evidencia la falta de precisión en la investigación inicial.

Tribunal Supremo | El derecho al secreto de las comunicaciones no es absoluto

El Tribunal, al abordar este motivo del recurso, subraya que el derecho al secreto de las comunicaciones no es absoluto. La Constitución y diversos tratados internacionales reconocen la posibilidad de limitar este derecho en casos justificados. Como la prevención del delito y la protección de la seguridad pública. Para que estas limitaciones sean legítimas, deben estar previstas por la ley y ser necesarias y proporcionales en relación con el fin perseguido.

En este contexto, el Tribunal analiza la necesidad de una motivación adecuada en las resoluciones judiciales que autorizan intervenciones telefónicas. Estas resoluciones deben explicitar todos los elementos necesarios para realizar un juicio de proporcionalidad y garantizar un control posterior efectivo. En el caso concreto de Ceferino, el Auto de intervención telefónica se basó en indicios razonables de su participación en el delito de robo. Aunque la observación de las comunicaciones reveló que Sabina era la usuaria principal del teléfono, también constató que el terminal era utilizado ocasionalmente por Ceferino.

Conclusión del Tribunal Supremo ante el recurso por la intervención del telefóno

El Tribunal concluye que la intervención inicial estuvo justificada por los indicios que relacionaban a Ceferino con los hechos investigados. Además, destaca que hubo un control judicial adecuado y una revisión de la medida cuando se evidenció la dualidad de uso del teléfono. Así, la intervención telefónica y su continuación fueron consideradas legales y adecuadamente motivadas, cumpliendo con los requisitos de proporcionalidad y necesidad.

Por todo lo anterior, el Tribunal desestima el motivo del recurso relacionado con la presunta vulneración del derecho al secreto de las comunicaciones. La intervención de la línea telefónica de Sabina se mantuvo válida. Dado que existían indicios razonables que conectaban a Ceferino con el delito, y se respetaron los principios legales en la adopción de la medida.

El CGPJ solicita al Gobierno ampliar el plazo para revisar la capacidad jurídica de personas con discapacidad

El Gobierno deberá responder la solicitud del CGPJ para la ampliación del plazo de revisión de la capacidad jurídica de personas con discapacidad.

El pasado 24 de abril, el Consejo General del Poder Judicial solicitó al Gobierno una extensión del plazo para revisar las medidas judiciales adoptadas en relación con la capacidad jurídica de las personas con discapacidad. Este requerimiento se basa en la Ley 8/2021, que adaptó la legislación española a la Convención de Nueva York de 2006 sobre los derechos de las personas con discapacidad. La ley estableció un periodo de tres años para completar estas revisiones, plazo que concluye el próximo 3 de septiembre. Por ello, solicita que se amplíe el plazo hasta 2029.

La Ley 8/2021 trajo consigo una reforma significativa de la legislación civil y procesal en España, eliminando las declaraciones judiciales de incapacidad y las modificaciones judiciales de capacidad. Estas medidas se consideraron incompatibles con el reconocimiento pleno de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad, conforme a lo estipulado por la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

La solicitud de ampliación

El CGPJ fundamenta su petición en un informe del Servicio de Inspección que destaca la insuficiencia del plazo de tres años para completar las revisiones. A finales de 2023, aún quedaban 108.625 casos pendientes de revisión en los juzgados de primera instancia y otros juzgados especializados. Según el informe, sin medidas de refuerzo, se necesitarían 4,9 años adicionales para concluir las revisiones. Con medidas de refuerzo, el tiempo se reduciría a 3,7 años. Sin dicha prórroga no sería posible cumplir con las exigencias de la ley. Los medios judiciales no son suficientes como para poder completar la labor a principios de septiembre.

A raíz de estos datos, el Foro Justicia y Discapacidad del CGPJ propuso ampliar el plazo de revisión hasta 2029. La Comisión Permanente del CGPJ ha apoyado esta propuesta y solicita al Gobierno que impulse una reforma legislativa para extender el plazo inicial. Solicitan que el plazo se extienda 5 años.

El acuerdo del CGPJ ha sido remitido al Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, al Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, así como a las instituciones integrantes del Foro Justicia y Discapacidad. También se enviará a los delegados de discapacidad del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y los Tribunales Superiores de Justicia.

 

Fuente: CGPJ

Máster de acceso a la abogacía sin finalizar el grado

El Tribunal Supremo ha declarado nulo un artículo del Real Decreto 64/2023, de 8 de febrero, que permitía a las universidades admitir en el máster de acceso a las profesiones de abogacía y procura a estudiantes que aún no hubieran completado sus estudios de Grado en Derecho. Esta decisión establece que las universidades no pueden impartir el máster de acceso a la abogacía a quienes no hayan finalizado el grado en derecho.

Antecedentes de Hecho | Máster de acceso a la abogacía sin finalizar el grado

El caso se originó cuando el Consejo General de la Abogacía Española interpuso un recurso contencioso-administrativo contra el Real Decreto 64/2023 de 8 de febrero. Este decreto aprobaba el Reglamento de la Ley 34/2006 sobre el acceso a las profesiones de abogacía y procura. El Consejo solicitó la nulidad del apartado tercero del artículo 3 del decreto. Este permitía a las universidades establecer un procedimiento de matrícula condicionada para el acceso a un máster de abogacía a estudiantes que solo tuvieran pendiente el Trabajo de Fin de Grado y un máximo de 9 créditos ECTS.

El Consejo argumentó que esta excepción beneficiaba injustamente a las universidades y discriminaba a las Escuelas de Práctica Jurídica. Por lo que crea una situación de desigualdad.

Extemporaneidad de la medida cautelar

El Abogado del Estado se opuso a la solicitud de suspensión cautelar de la normativa. Entendió que la petición era extemporánea porque debió haberse presentado con el escrito de interposición del recurso. El Tribunal Supremo coincidió con esta argumentación, basándose en precedentes jurisprudenciales que exigen que las medidas cautelares se soliciten lo más cerca posible de la entrada en vigor de la disposición impugnada para evitar situaciones de inseguridad jurídica.

Improcedencia de la suspensión cautelar

El Tribunal Supremo también consideró improcedente la suspensión cautelar. Según el artículo 130 de la Ley 29/1998, la adopción de medidas cautelares tiene por objeto garantizar la eficacia de una eventual sentencia favorable al recurrente. No obstante, solo cuando la ejecución del acto impugnado pueda causar perjuicios irreparables. En este caso, la normativa permitía una matrícula condicionada, lo que no causaba un perjuicio irreparable a los estudiantes, ya que su obtención del título de máster seguía dependiendo de la obtención previa del título de grado.

Además, el Tribunal Supremo evaluó que la medida cautelar no afectaba negativamente los intereses generales ni de terceros. La apariencia de buen derecho no podía ser el eje central para fundamentar la suspensión.

Decisión final del Tribunal Supremo sobre la matriculación al máster de acceso a la abogacía sin finalizar el grado

El Tribunal Supremo concluyó que la normativa del apartado tercero del artículo 3 del Real Decreto 64/2023, que permitía a las universidades matricular a estudiantes en el máster de abogacía sin haber finalizado el grado en Derecho, era improcedente. Esta disposición generaba una discriminación respecto a las Escuelas de Práctica Jurídica y se consideró que extralimitaba lo dispuesto en la ley.

En consecuencia, el Tribunal dictaminó que es necesario que los estudiantes hayan finalizado el grado antes de acceder al máster de acceso a la abogacía. Prohibiendo así la aplicación de la excepción contemplada en el Real Decreto 64/2023

El TJUE inadmite una cuestión prejudicial relativa a la acumulación del permiso de cuidado y nacimiento de hijo en familias monoparentales.

TJUE considera que el órgano remitente no planteó adecuadamente la cuestión prejudicial. Será el órgano nacional quien determine la procedencia o no de acumulación de permiso por nacimiento en familias monoparentales. [TOL10.002.360]

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha inadmitido una cuestión prejudicial planteada por un juzgado español. El Juzgado de lo Social nº 1 de Sevilla remitió la cuestión, en relación a una solicitud de aplicación de permiso de cuidado y nacimiento de hijo en familias monoparentales. Se trata del asunto C‑673/22.

La petición de decisión prejudicial tiene por objeto la interpretación del artículo 5 de la Directiva (UE) 2019/1158 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, relativa a la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y los cuidadores, y por la que se deroga la Directiva 2010/18/UE del Consejo (DO 2019, L 188, p. 79). El artículo dispone lo siguiente: 

«1. Los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para garantizar que cada trabajador tenga un derecho individual a disfrutar de un permiso parental de cuatro meses que debe disfrutarse antes de que el hijo alcance una determinada edad, como máximo ocho años, que se especificará por cada Estado miembro o por los convenios colectivos. Los Estados miembros o los interlocutores sociales determinarán dicha edad de modo que se garantice que cada progenitor pueda ejercer efectivamente su derecho a un permiso parental de manera efectiva y en condiciones equitativas. […]». 

Por otra parte, el considerando 37 de la Directiva establece que los Estados deberán valorar las condiciones del permiso para necesidades específicas. Entre los casos previstos, se contempla el de las familias monoparentales.

La solicitud versaba sobre la ampliación del permiso por nacimiento para una madre de una familia monoparental, solicitaba 16 semanas más (del otro progenitor). Se cuestiona si la normativa española se ajusta a la Directiva mencionada al no prever una situación particular para las familias monoparentales. 

La inadmisibilidad de la petición

La petición se ha considerado inadmisible debido a que las disposiciones de la Directiva (UE) 2019/1158, específicamente el artículo 5 que regula el permiso parental, no son aplicables ni por materia ni por tiempo al caso presentado, ya que el litigio se centra en una solicitud de ampliación de un permiso de maternidad y los hechos ocurrieron antes de la fecha límite para la transposición de la Directiva al Derecho nacional. 

El Tribunal ha subrayado que el permiso parental y el permiso de maternidad tienen finalidades distintas dentro del marco legal de la Unión Europea, y ha recordado que las cuestiones prejudiciales planteadas deben tener una relación directa con el objeto del litigio principal y no ser hipotéticas. Todo ello de conformidad con lo dispuesto por el artículo 267 TFUE: «la decisión prejudicial solicitada debe ser necesaria para que el órgano jurisdiccional remitente pueda emitir su fallo en el asunto». 

En el caso, considera que no queda adecuadamente delimitado el marco normativo y que no han facilitado unas explicaciones mínimas sobre la cuestión a interpretar. El juzgado sólo pregunta si puede incluirse a las familias monoparentales dentro de lo dispuesto por la directiva, pero ésta no resulta aplicable al caso. También pregunta si la normativa de la Unión incluye la obligación de prever un marco legal estatal ajustado a las necesidades de las familias monoparentales.

En consecuencia, el Juzgado de lo Social n.º 1 de Sevilla deberá resolver el caso basándose en la normativa nacional vigente. Sin la interpretación solicitada al TJUE sobre la Directiva (UE) 2019/1158.

 

Fuente: CURIA

Prórroga en los contratos de alquiler | Es legal incluir una cláusula en los contratos de alquiler que prohíbe las prórrogas

El Tribunal Supremo ha dictaminado que es legal la cláusula que prohíbe la prórroga en los contratos de alquiler de forma automática. Este caso surgió a partir de un contrato de arrendamiento rústico firmado en enero de 2015, donde se establecía una duración de cinco años, hasta diciembre de 2019, sin posibilidad de prórroga. Ambas partes aceptaron y firmaron esta condición. Sin embargo, al llegar la fecha de vencimiento, el inquilino se negó a desalojar la propiedad, lo que llevó al propietario a presentar una demanda de desahucio.

Legalidad de la cláusula que prohíbe la prórroga en los contratos de alquiler rústico

El Juzgado de Primera Instancia nº1 de Daimiel falló a favor del propietario. El Juzgado determinó que el contrato estaba basado en el principio de autonomía de la voluntad. Lo que permitía legítimamente pactar la renuncia a la prórroga. Esta decisión fue apelada y llevada a la Audiencia Provincial de Ciudad Real, que dictaminó a favor del inquilino. Según este tribunal, el sistema de prórrogas establecido en la ley era de carácter imperativo, lo que impedía pactar una renuncia voluntaria a su aplicación.

Recurso de Casación

Los arrendadores interpusieron un recurso de casación ante el Tribunal Supremo Argumentando la infracción de la doctrina sobre el carácter dispositivo de la LAR y de varios artículos de la ley y del Código Civil. Sostenían que la LAR se basa en el principio de autonomía de la voluntad de las partes, permitiendo excluir la prórroga en los contratos.

Fundamentos de Derecho del Tribunal Supremo ante la prohibición de la prórroga en los contratos de alquiler

Autonomía de la Voluntad. El Tribunal Supremo enfatiza la primacía de la autonomía de la voluntad en los contratos de arrendamiento rústico, conforme al artículo 1255 del Código Civil y la LAR. De este modo, las partes tienen la libertad de pactar las condiciones del contrato, siempre que no contravengan normas imperativas.

Duración Mínima del Contrato. La LAR establece una duración mínima obligatoria de cinco años para los contratos de arrendamiento rústico. Cualquier estipulación que establezca un plazo inferior es nula. Sin embargo, una vez cumplido este plazo mínimo, las partes pueden acordar eliminar el régimen de prórrogas tácitas del contrato.

En cuanto a las prórrogas tácitas La ley prevé prórrogas tácitas de cinco años, salvo notificación del arrendador con un año de antelación. No obstante, el Tribunal Supremo determina que este régimen no es inderogable y puede ser excluido por acuerdo de las partes desde el inicio o posteriormente. Asimismo, la cláusula del contrato que establece la no prórroga y el desalojo al final del plazo pactado es válida y no contraria a la ley, la moral ni el orden público. Esta cláusula respeta la autonomía de la voluntad de las partes y no infringe ninguna norma imperativa.

Jurisprudencia y Exposición de Motivos. Finalmente, el Tribunal aclara que la reforma de la LAR busca flexibilizar el régimen de los arrendamientos rústicos y potenciar la autonomía de la voluntad de las partes. La exposición de motivos de la ley y su reforma destacan la importancia de dar primacía a la voluntad de los contratantes dentro de los límites legales.

Fallo del tribunal | Validez de la prohibición de la prórroga en los contratos de alquiler

El Tribunal Supremo valida la cláusula del contrato que prohíbe la prórroga. Y, asimismo, refuerza la autonomía de la voluntad de las partes dentro del marco legal de la LAR. Esta decisión subraya que, cumplido el plazo mínimo de cinco años, es legal pactar la no prórroga del contrato de arrendamiento rústico.

Indemnización por difusión sin consentimiento de vídeo de boda

El fotógrafo no tenía consentimiento expreso para publicar las fotografías y los vídeos de la boda, ni en web ni en redes sociales. [TOL9.942.886]

La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a un fotógrafo a indemnizar con 9.000 euros en total a un matrimonio y a varios de sus familiares. El fotógrafo había divulgado vídeos de su boda sin su consentimiento en dos páginas web, una de las cuales era de su propiedad.

Según los hechos, los actores contrataron un servicio de fotografía y vídeo para la boda. Tras la fecha señalada no recibieron las fotografías y vídeos correctamente, por lo que los actores comenzaron a investigar al demandado. Encontraron que su vídeo estaba colgado en varias plataformas web, así como varias publicaciones de sus fotos en redes sociales. No obstante, los actores no habían prestado consentimiento alguno para la publicación del contenido de su boda. Por ello, acudieron a los tribunales, solicitando el borrado de los vídeos y fotografías, así como una indemnización por intromisión en el derecho a la intimidad personal y la propia imagen.

A pesar de no haber prestado consentimiento expreso, los novios comentaron en el perfil de redes sociales lo mucho que les gustaban las fotografías. El Juzgado entendió que sí había consentimiento por parte de los novios, y por tanto, no se produjo una vulneración de derechos fundamentales. Por ello, absolvió al fotógrafo.

No conformes con la resolución, acudieron ante la Audiencia Provincial de Barcelona, solicitando una indemnización de 42.000 euros por daños morales: 12.000 euros por cada novio y 6.000 euros para cada uno de sus familiares directos.

El consentimiento expreso

El fotógrafo alegó que la imagen publicada era la misma que los novios habían compartido en su Facebook un mes después de la boda y que no le habían solicitado que las eliminara. No obstante, la Audiencia no aceptó los argumentos del fotógrafo. El tribunal considera que el fotógrafo únicamente tenía consentimiento expreso para tomar fotografías y realizar el reportaje fotográfico. Sin embargo, la publicación de estas imágenes en dos webs con fines publicitarios y en una tercera web accesible solo a través de un link privado no contaba con autorización.

El haber comentado en las fotografías no se puede interpretar como un consentimiento expreso, sino tácito, el cual no resulta válido en la intromisión en el derecho a la intimidad personal y a la propia imagen. Es necesario que se autorice expresamente la voluntad y el permiso para publicar fotografías y vídeos en web y en redes sociales.

Cuantía indemnizatoria por daño moral

Para la determinación de la cuantía indemnizatoria el tribunal acude a lo dispuesto por la Ley Orgánica 1/1982 de 5 de mayo de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen. Los magistrados consideraron que no constaba el alcance de la difusión del vídeo ni las ventajas económicas obtenidas por el fotógrafo. Además, tras un requerimiento extrajudicial, se produjo un cese inmediato del uso y difusión del vídeo.

Finalmente, la Audiencia Provincial consideró justo conceder a cada novio 3.000 euros y mil euros a cada familiar, totalizando una indemnización de 9.000 euros.